sábado, 28 de enero de 2012

Relato: Caminando sobre el Viento (Pablo Calvo)

Hola, Tinteros :D
Hoy os traigo un relato... Espero que os guste :)
Aunque a mí no me gusta el final, pero es que era para un concurso y no podía tener más palabras D:

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 Caminando Sobre El Viento 

¿Quién no ha querido volar alguna vez? Todos lo hemos deseado. Ser un pájaro libre por el aire; una golondrina que huye del invierno y va hacia la primavera; una gaviota, amiga del mar.
Gabriel, un niño de doce años, es de estatura media, delgado, de pelo castaño y de ojos color miel. Gabriel nació en Alicante y se crió en un orfanato. Él tiene un don.
Bueno, mejor os cuento la historia completa.
Gabriel nació en un hospital de Alicante y, al nacer, su madre murió. Un año después, su padre sufrió un accidente y Gabriel tuvo que vivir en un orfanato.
Cuando Gabriel tenía seis años, ya sabía leer, escribir, sumar, restar y podía reconocer más de treinta especies de aves.
-Eso es una golondrina –dijo una vez a su mejor amigo Tomás.
-¿Y eso? –preguntó Tomás señalando a un pájaro que había un poco más lejos.
-Eso es… Creo que un gorrión.
-¡Qué chulo!
Así, Gabriel fue creciendo y, con él, su gran afán por las aves de todo tipo.  A los ocho años, Gabriel fue adoptado por una familia rica. La madre, llamada Isabel, era estéril, por lo que no habían podido tener hijos. El padre se llamaba Enrique.
Cuando Gabriel llegó a su casa por primera vez, se quedó con la boca abierta, ya que estaba ante una lujosa mansión de dos pisos. Justo delante de la casa, había un jardín enorme con muchas estatuas de mármol. Un camino de piedra conducía a la entrada de esa hermosa casa que ahora era su hogar.
-¿Te gusta? –le preguntó Enrique.
-Me encanta, señor.
-Llámame papá.
-Vale… Papá.
Enrique e Isabel se sonrieron. Ellos demostraron ser unos padres muy atentos y Gabriel pasó allí los que podrían ser los mejores años de su vida.
Hasta que, una mañana de miércoles, mientras los ruiseñores entonaban la canción que tanto le agradaba a Gabriel, éste oyó una discusión que provenía del salón.
Bajó rápida y silenciosamente las escaleras y se acercó a la puerta que daba al salón, desde donde se oían gritos. Gabriel llegó a mitad de discusión, pero sus padres ya estaban muy enfadados. Enrique, al verlo asomado por el barnizado marco de la puerta, le chilló:
-Niño, ¡vete a tu cuarto ahora mismo!
Gabriel se asustó e intentó pensar lo que pasaba con tranquilidad, pero estaba demasiado conmocionado para ello.
Sólo se le ocurrió una opción: huir. Huir de aquella discusión alborotadora; huir de esos padres que ya no se querían; huir de un mundo que, de pronto, se había vuelto al revés. Así que se escapó de casa, sólo con lo puesto y una esperanza de que todo volviera a la normalidad.
Corrió durante varias horas, hasta que le dolieron los talones y la pierna en general y le salieron ampollas en los pies. Cuando paró, había recorrido casi media Alicante y estaba exhausto.
Gabriel se paró a descansar debajo de un árbol de la plaza Gabriel Miró, bajo su enorme sombra. Decidió descansar un momento los ojos. Cuando los abrió, habían pasado cerca de cinco horas y unas palomas se habían posado a su lado. Gabriel se sorprendió de que no huyeran de él cuando se desperezó, pero más se asombró cuando, casi sin darse cuenta, acarició a una de ellas y ésta ni se inmutó.
-Hola, palomita… -le dijo Gabriel a la paloma.
-Hola –oyó este.
Gabriel se sobresaltó y retrocedió, huyendo del ave que tenía delante.
-¿Quién… Quién ha dicho eso?
-Yo he hablado.
Esta vez no cabía duda, lo había dicho la paloma, ya que miraba fijamente a Gabriel.
-Pe… Pero, ¿cómo? Eres un ave, ¿no?
-Sí, y llevo mucho tiempo sin hablar con nadie que no sea de mi especie. Todos los humanos estáis tan ocupados… Hace tiempo que nadie habla con nosotras.
Gabriel descubrió así que todas las aves podían tener una mente racional y, en general, podías mantener una conversación con ellas.
Estuvo tanto tiempo indagando en su comunicación con las palomas y el resto de pájaros que la Luna apareció sin que se diera cuenta. Se tumbó en la frondosa hierba, al borde del camino que conducía a la fuente, y se quedó dormido.
Despertó con los primeros rayos del Sol que penetraron entre los edificios. A su lado, estaba la paloma con la que habló el día anterior, que resultó llamarse Piut.
-Buenos días, Piut.
-Hola, Gabriel. ¿Sabes qué me han contado?
-¿Qué?
-Me han dicho que, hace tiempo, un humano se paró a charlar con una de nosotras y se encariñó con ella y… ¿A que no sabes qué?
-¿Qué ocurre?
-Consiguieron conectar sus mentes o algo así –le dijo Piut con asombro, o, al menos, el asombro que puede mostrar una paloma.
-Increíble.
Gabriel pasó el día caminando sin rumbo, acompañado de Piut. Llegó a una playa cercana y se sentó en la arena, donde se quedó a contemplar el mar, olvidándose del resto del mundo. Olvidando que había crecido sin padres, que sus padres adoptivos discutieron, olvidándolo todo.
Una brisa proveniente del Este alteró el hasta entonces calmado mar, provocando así pequeñas olas. La marea subió un poco, suficiente para que Gabriel se mojara los pies y despertara de su ensimismamiento.
Gabriel se levantó y empezó a jugar con Piut, persiguiéndose mutuamente. Pasaron el día así, junto con otros pájaros que se unían a ellos poco a poco.
Pasaron los días y, a la vez que Gabriel se mantenía a duras penas, él y Piut fueron convirtiéndose en muy buenos amigos. Tanto, que Piut llegó a superar a Tomás en lo referente a su amistad con Gabriel.
Y, un día, su relación llegó a un grado máximo, y Gabriel consiguió ver lo que veía Piut, oír lo que éste oía y, cuando Piut alzó el vuelo, Gabriel se sintió maravillado, se sintió como si estuviera…
Caminando sobre el viento.

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Y eso es todo... Espero que os haya gustado.

Decidme todo lo que se os ocurra: sea bueno, malo o una tontería como cualquier otra

6 comentarios:

Salidums dijo... [Responder]

Vale, me ha parecido un relato muy bonito.
Aqui va mi critica constructiva:
¿Por una discusión de sus padres decide escaparse, debia ser muy sensible no?
¿Como se las apaña para que nadie lo encuentre?
Me encanta el nombre de Piut xD
Y por lo demás me parece una historia bastante bien elaborada.

Sigue mejorando! ^^

Paul Stark dijo... [Responder]

Muchas gracias :D
Aquí van mis respuestas:
-Supongo, es que necesitaba alguna excusa para que se escapara
-Pues la verdad es que no me había parado a pensarlo... Deberían haberlo buscado o.O
-A mí también e.e

Lagi-Infinitum dijo... [Responder]

Oh! ¿Este es ese relato que presentasté al concurso?

Paul Stark dijo... [Responder]

Claro! No te acuerdas?

PD: qué tal sigue tu rodilla?

Anónimo dijo... [Responder]

Salvo unos fallillos en la redacción (que cuando quieras te comento ;D), la historia me ha gustado: sensible, sencilla y, al menos para mí, un poco emotiva. Encima estaba leyendo el relato con una música muy suave que le pegaba bastante XD
En fin, que me gusta aunque, si corrigieses esos fallillos, quedaría mejor.
Aún así... ¡no dejes de escribir, eh! :D
¡Muchos saludos! ^^

Paul Stark dijo... [Responder]

Pues dime esos fallillos, pooooooorfis