Hoy os traigo un microrrelato que hice para un concurso y que no ha recibido ni un solo voto. La verdad es que es demasiado serio, pero, qué se yo, al menos un voto T^T
Bueno, aquí está:
Yo, señor, no soy malo, pero intento vivir en una sociedad injusta, por lo que debo actuar injustamente para sobrevivir. Por ello le digo que mis actos no son más que reflejos de mi entorno y, a pesar de mis esfuerzos por actuar con bondad y de forma justa, el contexto en el que se halla mi vida me absorbe y me obliga sin darme cuenta a tener un carácter contrario a mis ideales, a mis principios.
Y también le digo, señor, que usted es víctima también de esta injusticia presente en el aire. Con estas palabras no quiero en absoluto insinuar que todas las personas, incluido usted, sean injustas o tengan malas intenciones. Simplemente, al llevar esa vida monótona que caracteriza a la mayoría de los seres humanos, aceptamos sumisos la realidad que nos ofrece la sociedad. Y, con ello, aceptamos involuntaria e inconscientemente una forma de vivir que acepta las injusticias como algo ordinario.
Por eso, señor, le indico que no soy malo. Sólo me dejo llevar por la sociedad y acepto, al igual que tantos miles de personas, la vida que me ha tocado sobrellevar.
Decidme por qué no lo votaríais xD
2 comentarios:
Es muy profundo, sin duda plasma la forma de vida de nuestra sociedad. Me ha gustado mucho :)
Hola Pablo, supongo que ya casi no te acordarás de mí. Supongo que ya no serás ese chavalín brillante rechonchillo con gafas que me dejaba alucinado al hacer examen tras examen de mates de 6º sin un sólo fallo. Aún recuerdo cuando recogiste tu premio como segundo clasificado de las olimpiadas matemáticas de la comunidad valenciana y me susurraste al oído: "Creo que he superado a mi maestro ¿no?", esa frase la tengo grabada en el corazón y creo que no se me olvidará nunca. La verdad es que en los 12 años que llevo en la docencia he tenido miles de alumnos, pero sólo unos pocos habéis sido especiales.De momento alumnos que me hayan marcado de verdad me sobran dedos de una mano y tú eres uno de ellos. Aunque no te lo creas he estado muy al tanto de tu evolución; me alegra mucho saber lo de la beca y lo de los grupos de los sábados. Pero lo que más me gusta ver es la tremenda sonrisa que se le pone a tu padre cada vez que le pregunto por ti. En esta profesión de maestros somos como agricultores que vamos sembrando año tras año. Muchas de esas semillas se pierden en el camino, pero da gusto ver que algunas semillas se convierten en árboles frondosos. Sabía que dentro de ti había un gran diamante escondido, simplemente había que empezar a pulirlo para sacar todo tu potencial y creo que lo conseguí. Yo se que os hacéis mayores, y que muchas veces renegáis de vuestros "exprofes" públicamente, simplemente me conformo con ser una pequeña pieza dentro del puzzle de tu ser.
Un fuerte abrazo.
Te quiere tu "exprofe" de mates (al que superaste un día).
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